jueves, 6 de diciembre de 2012

¡Vive!

Cuando aquí ya no estemos…
¿qué quedará de mí que se recuerde?
Ciprés y crisantemos,
azul, dorado y verde,
y hacer creer que el que no gana pierde.
 
Cuando tú te hayas ido…
¿qué quedará de ti que no se olvide?
Un gesto, un sinsentido.
El alma no se mide,
acaso el corazón (si otro lo pide).
 
Cuando nadie te busque…
¿qué quedará en tu rostro, más que llanto?
No dejes que te ofusque
ni cedas al quebranto;
hoy día nadie se merece tanto.
 
Cuando quiera el futuro…
¿qué quedará de ti? Tan sólo nada,
eso te lo aseguro.
La luz de tu mirada
habrá de recordarte abandonada.
 
Y, sin embargo, ¡vive!
No olvides ser feliz, pues nada importa.
Si al miedo eres proclive
tu vida será corta.
Saber que no serás me reconforta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario