martes, 4 de junio de 2013

¿Cuándo la poesía dejó de ser poesía? (II)

Me vendo a un sueño nuevo cada noche
sumido en el refugio del desvelo
y así pretendo ver cambiar de rumbo
las luces que clarean en el cielo.
 
¡Te grito en el silencio, oh progreso,
dador de inquina, vicio y corruptela!
Tan lejos has dejado la belleza…
Tan lejos que su mente ya no vuela.
 
Escucho un eco tenue, una caricia
que viene de asperjar su idiosincrasia
y allá me aferro, raudo, ilusionado,
para no sucumbir a la eutanasia.

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