martes, 26 de febrero de 2013

Un niño juega en un parque

Un niño juega en un parque,
fugaz. Fugaz y discreto
como el lucero del alba,
lejos de verse obsoleto.
Y dondequiera que embarque
su volición por bandera,
su risa eterna, tez malva
y su rubia enredadera.
 
Ser efímero y eterno,
lego en el desasosiego,
experto despreocupado,
de dolores y odios ciego,
¡para ti nunca hay invierno!
No haces mal, tú nunca lloras
pues careces de pasado:
tus recuerdos, tus auroras.

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